miércoles, 31 de marzo de 2010

Olores

Ejercicio de escritura, todo gira entorno a un tema: Los olores.

Olía a fresas con crema, naranja y miel. Era realmente un olor empalagoso, poco agradable, aunque a nadie se le habría ocurrido decir que no olía bien; al fin y al cabo, era el olor de moda, el que vendían por 700 dólares en una botellita minúscula que alcanzaba si mucho para tres fiestas.

Era posible además distinguir un cierto olor a cuero nuevo que venía de su chaqueta negra y de sus tacones rojos, y el inconfundible aroma del agua oxigenada que había usado unas horas antes para ser tan mona como la situación lo exigía. Y es que no todos los días la invitaban a una entrega de premios, y menos como nominada a uno de los premios. Sabía que iba a estar rodeada por músicos, productores, actores, directores y personalidades de la farándula de todo tipo, y se había preparado para la ocasión tan bien como el tiempo se lo había permitido.

Pasó por la alfombra roja sin sentir el olor a quemado de los flashes funcionando sin descanso y la recibió en el salón de entrada del teatro, una bocanada de humo de habanos finos que se mezcló con su perfume añadiéndole un toque ahumado.

Logró llegar hasta el baño, en donde se lavó las manos con jabón de menta, hierbabuena y ajonjolí, se retocó su maquillaje, gastó un poco más de su perfume caro y se miró al espejo para garantizar que seguía estando tan perfecta como cuando había salido de su apartamento.

Como era costumbre, el corredor que separaba la sala principal del salón en donde se hacían las entregas de premios, se convertía en poco menos que un mercado de pulgas estilo Quinta Avenida, en el que todos se dedicaban a vender la marca que representaban: a ellos mismos. Tal vez no se percibía ningún olor a fritos o a basura, pero las mil mujeres que usaban Chanel Nº 5, los mil hombres que se inclinaban por Hugo Boss, y las y los más exclusivos que buscando diferenciarse terminaban todos por usar la fragancia unisexo de LaCoste, compuesta principalmente por aromas cítricos, un poco de jazmín y brisa veraniega, hacían que el ambiente fuera más pesado que lo humanamente soportable, como si en esa zona no existiera el aire fresco. Obvio, si te acercabas a alguien en especial, olía exquisitamente; pero en conjunto, la mezcla era como un florero con agua ya vieja, en el que se habían guardado durante semanas, flores de todo tipo. Nada agradable.

Con un poco de esfuerzo, pudo pasar por ese corredor y casi corriendo, pero sin perder nunca ese glamour que la tenía que caracterizar en todo momento, buscó su silla y se sentó. Era un excelente lugar, a unas tres filas del escenario, con una pantalla gigante al frente, y al lado de las escaleras para ver pasar a todos los ganadores, o para subir al escenario si corría con la suerte de recibir uno de los galardones.

A su lado se sentó un hombre joven sin traje, sólo una camiseta blanca, unos jeans deshilachados y tenis verdes. Olía bien, a mañana soleada con un toque de noche de fiesta, el aroma perfecto para ese look sexy y desinteresado que llevaba. Se saludaron con un beso en la mejilla y sin empezar a hablar se callaron para escuchar al maestro de ceremonias, actor consentido del momento, que acababa de llegar.

Una hora y veinte minutos después, una pareja de cantantes country presentó la categoría de documental y tras enlistar los nominados, la chica gritó a viva voz, obviando el micrófono que tenía en la mano, - “¡El perfume! En busca de la perfección”-.

Al escenario llegó, dos minutos después, un único aroma compuesto por fresas con crema, naranja, miel, mañana soleada y noche de fiesta. La chica de tacones rojos y el hombre de los tenis verdes, cogidos de la mano, levantaban una estatuilla dorada, que cualquier perro hubiera podido descubrir que no era de oro sino de hierro, agradeciendo a todos por haber votado por su documental y dedicándole ese premio a todos los que, en algún momento de sus vidas, se habían detenido a oler el mundo que los rodeaba.

lunes, 15 de marzo de 2010

Storyboard info.

1. Plano general. Exterior. Día. Luz natural. Toma a nivel.
Presentación del escenario. Hay un río, una pequeña cabaña de madera y
mucha vegetación.

2. Plano medio. Exterior. Día. Luz natural. Toma contrapicado.
Rumplestiltskin (un duende) observa algo desde su escondite detrás de un
árbol.

3. Plano general. Exterior. Día. Luz natural. Toma picado.
Cámara subjetiva que revela lo que Rumplestiltskin observa. Es una mujer
(Esmeralda) que está lavando ropa a orillas del río.

4. Plano general. Exterior. Día. Luz natural. Toma a nivel.
Esmeralda conversa con su esposo Charlie en el comedor de su casa,
mientras le sirve algo de beber.

5. Plano medio corto. Exterior. Día. Luz natural. Toma contrapicado.
Charlie se despide de Esmeralda con un beso apasionado antes de irse a
trabajar.

6. Plano detalle. Exterior. Día. Luz natural. Toma a nivel.
Charlie, sin zapatos, pasa el río para ir a trabajar.

7. Plano medio corto. Exterior. Día. Luz natural. Toma a nivel.
Después de haber recogido madera, Chalrie va caminando por el bosque y algo que ve lo sorprende.

8. Plano detalle. Exterior. Día. Luz artificial. Toma a nivel.
Sobre unos troncos hay joyas finísimas, hilos y monedas de oro.

9. Plano americano. Exterior. Día. Luz natural y artificial. Toma a nivel.
Charlie suelta la madera que había conseguido para poder ver más de cerca
el oro.

10. Plano medio. Exterior. Día. Luz natural. Toma contrapicado.
Cámara subjetiva desde el oro, Charlie dirige su mano hacia el tesoro que
acaba de encontrar, pero una mano lo detiene cuando ya está a punto de
obtenerlo.

11. Plano americano. Exterior. Día. Luz natural. Toma a nivel.
Rumplestiltskin le propone a Charlie que cambiar el oro y las joyas por su esposa Esmeralda.

12. Plano detalle. Exterior. Día. Luz natural. Toma a nivel.
Charlie acepta el trato y lo sella con un apretón de manos.

13. Plano americano. Exterior. Día. Luz natural. Toma a nivel.
Charlie le cuenta a su esposa la propuesta de Rumplestiltskin y el plan que tiene para quedarse con el oro, pues están quebrados. Esmeralda se niega a participar.

14. Plano general. Exterior. Día. Luz natural. Toma contrapicado.
Charlie arrastra a Esmeralda hasta donde Rumplestiltskin lo espera para hacer el intercambio. Esmeralda, en contra de su voluntad, es arrastrada por su esposo.

15. Plan detalle. Exterior. Día. Luz natural. Toma picado.
Rumplestiltskin aparece el tesoro y se lo entrega a Charlie a la vez que toma la mano de Esmeralda.

16. Plano medio. Exterior. Día. Luz natural. Toma a nivel.
Mientras Charlie busca algo que pueda servir como arma, Esmeralda le cuenta rápidamente a Rumplestiltskin el plan de su esposo y su idea de cambiar de plan y matar a su cónyuge.

17. Plano medio. Exterior. Día. Luz natural. Toma a nivel.
Charlie regresa con un palo y se lo entrega a Esmeralda para matar al duende como lo habían convenido. Rumplestiltskin le recuerda al oído lo que van a hacer.

18. Plano americano. Exterior. Día. Luz natural. Toma a nivel.
Esmeralda golpea a Charlie en la cabeza, con el palo que él le acababa de entregar.

19. Plano medio. Exterior. Día. Luz natural. Toma picado.
Charlie cae muerto y todo el oro se riega en el piso.

20. Plano medio. Exterior. Día. Luz natural. Toma a nivel.
Con Charlie muerto, Esmeralda y Rumplestiltskin se van de la mano, felices y con el oro.

Story board Rumplestiltskin

























La nueva historia del viejo Rumplestiltskin

En una pequeña cabaña, interna en un hermoso bosque, vivían Charlie, un joven leñador y su esposa Esmeralda, descendiente de familia gitana. Eran una feliz pareja y se amaban profundamente.
Un día mientras Charlie trabajaba Esmeralda bajó a lavar al río como solía hacer, pero ese día había algo extraño, sentía como si la observaran. Sin saberlo, sus percepciones eran correctas ya que desde tiempo atrás, Rumplestiltskin que vivía al otro lado del río, la espiaba pues sentía una atracción muy fuerte hacia ella.
Ese día, Rumplestiltskin había tomado la decisión de tener a Esmeralda, así que planeó todo para lograr que el leñador accediera a darle a su amada esposa y dejo todo un botín de oro en medio del camino que debía recorrer Charlie hacia el bosque. Al ver tanto oro junto, Charlie se sorprendió y atraído por el brillo, se lanzó de inmediato a cogerlo pensando que así podría resolver todas sus necesidades económicas y darle un gran regalo a su adorada esposa. Un instante antes de tocar el oro, Rumplestiltskin le agarró su mano y lo desvió de su botín. Lo miró a los ojos y le contó sus intensiones a Charlie. Éste, a pesar de amar a Esmeralda, se dejó llevar por la ambición y accedió a un intercambio. Esa tarde, cuando llegó a su cabaña, le dijo toda la verdad a su esposa y le propuso que mataran a Rumplestiltskin y se quedaran con el dinero. Esmeralda no estuvo de acuerdo y por primera vez en su vida, sintió que no conocía a su esposo, pero su amor era más grande y accedió a los planes de su esposo.
Charlie le advirtió que tendrían que actuar todo el tiempo, por lo que ella tuvo que hacer como si no quisiera ir y fuera su esposo quien la obligaba. Rumplestiltskin esperaba ansiosamente en el punto donde habían acordado la entrega. La pareja llegó y Esmeralda fue entregada a Rumplestiltskin de manos de su esposo. Cuando Esmeralda vio a Rumplestiltskin fue un flechazo a primera vista, y mientras su esposo le pasaba un palo para matar al duende como habían quedado, ella aprovechó y le contó todo a su nueva pareja. Y así fue que en el último instante, Esmeralda golpeó fuertemente a Charlie en la cabeza, dejándolo muerto en medio del bosque y ella, Rumplestiltskin y el oro vivieron felices para siempre.