Hace un poco más de una semana me mudé al centro de
Montevideo. Antes vivía entre Pocitos y Punta Carretas, una zona muy tranquila,
completamente residencial. Allá, el ruido es algo muy extraño y realmente lo
único que puede perturbar la paz del lugar es el popó de perro que hay por
todas partes.
Ahora vivo en el centro. Siempre he querido vivir en el
centro de una ciudad, cualquier ciudad, y aproveché que la oportunidad se
presentó para vivir en el centro de esta ciudad. Lo primero que tengo que decir
es que esta experiencia no es para todo el mundo. Incluso cuando lo estaba
considerando muchas personas me dijeron que estaba loca, que cómo se me ocurría
y la verdad es que entiendo por qué podrían pensar así. El centro es caótico,
hay mucho ruido, mucha gente, muchos carros, muchos vendedores, muchas tiendas,
mucho de todo. Y eso es justo lo que me gusta del centro.
No sé si sería capaz de vivir muchos años en un lugar así (o
tal vez sí, sólo hay una manera de saberlo), pero para los dos meses que me
quedan en Montevideo, la experiencia me parece formidable. Me encanta cuando
las cosas se salen un poquito de control, cuando no sabemos exactamente qué va
a pasar, cuando lo inesperado es lo normal, y todo eso me lo ofrece el centro.
Hace unos días, cuando ya nos habíamos ido a dormir, una
pareja en la calle nos brindó una serenata de borrachos maravillosa. Uno
cantaba, el otro le respondía y luego cantaban a dúo. No lo hacían bien, pero
los dos se escuchaban felices de lo que estaban haciendo, y eso era lo más
importante. Tenía que madrugar al otro día, pero los escuché un poco y luego me
dormí. El ruido nunca ha sido un impedimento para eso.
Otra cosa que me gusta de vivir en el centro es ver las
pintas de la gente, la manera en que se visten. Lo bueno no es encontrar un
estilo en particular, sino todo el abanico de posibilidades. En el centro
siempre se ve de todo, y este centro no es la excepción.
Por último, y aunque suene raro porque a mí no me gusta
mucho ir de compras, me encanta la cantidad de tiendas que hay. De la
universidad a la casa camino por la avenida 18 de Julio, la avenida principal
del centro. Me gusta mucho, porque por un lado está llena de tiendas, negocios
y vendedores ambulantes y por el otro, la arquitectura, tanto de los edificios
importantes para la ciudad como La Intendencia (como la alcaldía) y la
Biblioteca Nacional, como los edificios normales tienen una arquitectura muy
particular, muy interesante, muy única, y me alegro de estar viviéndola todos
los días.
En fin, son un montón de cosas, como dije antes, un caos, pero estoy muy contenta disfrutando de ese caos. Ya les iré contando si dentro de dos meses me sigue gustando o ya me cansé y quiero irme lo más lejos posible. Nunca se sabe, pero sólo tener la oportunidad de vivir la experiencia ya me encanta.
En fin, son un montón de cosas, como dije antes, un caos, pero estoy muy contenta disfrutando de ese caos. Ya les iré contando si dentro de dos meses me sigue gustando o ya me cansé y quiero irme lo más lejos posible. Nunca se sabe, pero sólo tener la oportunidad de vivir la experiencia ya me encanta.