miércoles, 25 de agosto de 2010

Se me salió de las manos

Ella regresó. Estuvo vagando por entre cuadernos viejos, hojas gastadas, bolígrafos sin tinta y lápices de mina quebrada. Se detuvo ante cientos de personajes que la entretuvieron. Navegó por mares de dudas y recorrió desiertos vacíos en los que no existían oasis de inspiración. Creyó morir, y por aquí también la creyeron muerta. Pero regresó. Y ya no le interesa ser real. Al menos no como le interesaba antes. Entendió que no hay nada de maravilloso en la realidad y que ese espacio que luchó por ganarse en el mundo de los vivos ya no la seduce más. Al regresar, trajo con ella motivaciones nuevas. Una fuerza increíble. La capacidad de volar. Y quién sabe qué vio en su viaje, pero ahora nisiquiera quiere escribir, ni escuchar música. La pizza le da asco y dormir hasta el otro día se le hace insoportable. La pregunta es, ¿seguirá siendo ella?

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