miércoles, 3 de octubre de 2012

Aprendiendo sobre la marcha

Aunque tengo cuenta en Twitter desde hace ya bastante tiempo, siempre la he utilizado más para leer que para postear, así que, cuando pongo algo, generalmente no hay ningún problema.
Hoy sin embargo, abrí una cuenta nueva para manejar desde allí toda la información de un cortometraje en el que estoy participando. La emoción fue mucha, porque la cuenta fue creada con un propósito particular, así que había mucho por hacer.

Tres horas después de crearla, ya seguíamos casi a 200 personas, nos habían retwiteado, marcado como favorito uno de nuestros tweets, y teníamos nuestros primeros seis seguidores. La sorpresa llegó, cuando apareció la notificación de que la cuenta había sido suspendida por sospecha de spam. Puro error de primíparos, pues por no saber qué de podía hacer y qué no, incurrimos en faltas contra el reglamento. Como la cuenta la necesitamos con cierta urgencia, me puse en la tarea de demostrarle a Twitter que no somos robots, ni una cuenta fantasma, ni nada de eso. Después de tres correos electrónicos, y un par de horas de castigo, el soporte de Twitter nos escribió para decirnos que nos devolvía la cuenta, pero que nos portáramos bien para que no nos la suspendieran definitivamente.

Ahora sé que tengo que tener más cuidado, pero sí es como se aprende, no? Equivocándose sobre la marcha, como me pasó hoy.

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