miércoles, 3 de octubre de 2012

Sobre "Libertad en la Red"


Dos frases llaman la atención y resumen el documental “Libertad en la Red”. La primera: “el Internet nació como rebelión, como espacio de libertad”, la segunda: “esto choca con nuestro innato deseo de beneficio y control”.  Entre estas dos posturas se ha desarrollado toda la historia del Internet, y de nuestra experiencia como usuarios.

El documental habla sobre el nacimiento del Internet, y de su concepción como algo gratuito, libre, abierto a todos; y más adelante, nos muestra los inicios de la monetización del mismo, de las primeras licencias y del cambio hacia un Internet que emula el mundo de los negocios de la vida real. Esa dualidad es la realidad única del Internet, en ella nos movemos como usuarios en búsqueda de contenidos gratis y de un espacio de libre expresión, y en ella se mueven también los empresarios y productores de software y contenidos, que ya no ven la Web como ese espacio revolucionario que empezó siendo, sino como un lugar más para hacer negocios. Desde que se creó el Internet este ha sido un problema constante, y ahora, en pleno 2012, es todavía el tema más cuestionado. Gracias a ese acceso mundial, a ese espacio que se le abre al ciudadano del común, es que en los últimos años hemos presenciado revoluciones enteras que se inician en las redes sociales y encuentran allí un amplificador para las voces de protesta. Pero, al mismo tiempo, compañías multinacionales y gobiernos, buscan desesperadamente la manera de cerrar ese acceso cuasi ilimitado, de controlar esas comunicaciones, de limitar los contenidos, y sobre todo, de cancelar esa sensación de conexión global que nos ha brindado Internet.

En muchos países alrededor del mundo se está buscando la aprobación de leyes que restrinjan el Internet, que permita al gobierno controlar la información que fluye por sus países y la conectividad de sus ciudadanos con el resto del mundo. Es más, sin las leyes ya muchos han empezado a hacer esto, y en vez de aprovechar la oportunidad para llevar contenidos a todo el mundo, los restringen y no permiten que estos lleguen a países diferentes al propio. O, ¿A quién no le ha pasado que no puede ver un video en Youtube porque no está autorizado en su región?


Este conflicto, es el que trata de resolver la autora del documental, yéndose a los inicios del Internet, y confrontando ambos lados. Aunque no llega a ninguna conclusión, porque no es un asunto que pueda concluirse fácilmente, si nos brinda unas herramientas que permiten pensar en lo siguiente:
  •    Si el Internet nació bajo ciertos preceptos, lo más normal sería que toda persona que lo utilice, los acepte y no intente cambiarlos.
  •     Si el Internet no nació como un espacio para los negocios sino para la revolución, la mejor manera de recuperarlo, es que todos los usuarios se nieguen a comprar, vender, negociar, transferir, etc. de manera online, para así desincentivarlo como plataforma de negocio.
  •     Si una empresa decide entrar al Internet, debería respetar que los usuarios no son ciudadanos comunes cuando están  online, sino que responden a otras reglas y a otras actividades.
  •     Que los gobiernos y las empresas intenten controlar el Internet, sólo debería hablarnos a los usuarios, del inmenso poder que tiene esta herramienta; por lo que, con mayor razón, deberíamos pelear por mantener su libertad.

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